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¡Santa Emilie de Villeneuve!

una mujer que creyó que era posible ...

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• Era posible comprometer su vida en el proyecto de Jesús

• Era posible Involucrarse en la construcción de una sociedad justa y     solidaria

•  Era posible realizar y concretar este sueño

 

 

 

Nací en Toulouse, al sur de Francia en 1811.

 

Desde muy joven la realidad de los pobres golpea mi corazón.

 

El ambiente en el que crecí, no me impidió ver la realidad de injusticia y sufrimiento de muchos…y Dios me habló a través de multitud de voces…surgieron en mí muchas preguntas ¿qué quieres Dios de mí?

Respondí a Esa voz, a esas voces, a un claro y profundo llamado…

le presenté a papá mi decisión:

     “Padre, es por Dios que te dejo: “quiero servir a los pobres…”

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El 8 de diciembre de 1836, en la Iglesia de La Platé, Castres, concreté mi sueño y comencé con dos compañeras, el camino de Hermana Azul.

Queremos vivir una honda fraternidad, vivida con mucha sencillez, comprometidas con los designios de Dios para los pueblos.

Solo Dios, será el centro de nuestra vida, desplazando al “solo yo”

María Inmaculada, nos enseñará a mirar la realidad, el mundo, los otros, con ojos limpios, como los ve Dios.

Desde Castres el horizonte se amplía, la misión se diversifica, las fronteras se derriban…...

En las hermanas Azules hoy, continúan resonado mis palabras: “vayan donde la voz del pobre las llame”. Permanece viva en ellas la impronta misionera que un día nos llevó a tierras africanas y a cruzar el mar abrazando América..

Hoy están presentes en:

Europa: Francia, España, Italia.

África: Senegal, Benin, Burkina Faso, Guinea Bissau, Gabón, República Democrática del Congo.

América: Brasil, Argentina, Uruguay, Venezuela, Paraguay, Bolivia, México, Haití.

Asia: Filipinas.

Sepan que:

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“Dios no pone límites a su entrega; siempre que se trate de las salvación de las almas (del bien de los demás),  no correrán el riesgo e apartarse de su vocación”.

Por esa razón hoy están presentes en el campo de la educación, junto a los enfermos, a los campesinos, a los indígenas, en parroquias, insertas en barrios populares, comprometidas en obras sociales, acompañando a mujeres, niños, adolescentes…

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Y así van concretando el regalo recibido, el don, el carisma

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Sigue proponiendo….Invitando

         Hermanas y  Laicas/os, con fuertes vínculos de pertenencia,

                            En corresponsabilidad carismática

                        Participan en experiencias concretas de formación y misión

         Jóvenes y adultos se sienten expresados      

                                         en la espiritualidad azul

                                     y asumen los más diversos compromisos. *

 

           Jóvenes descubren el sentido de su vida en la vocación religiosa y  

                     se suman al sueño azul, compartiendo la vida en nuestras comunidades.